© Francisco José Martínez Gonel Un mueble de pino es sinónimo, para muchas personas, de un producto de mala calidad. Calidad que se traduce, generalmente, en una vida útil limitada y en una apariencia que intenta disfrazar a toda costa la identidad del material. La mesa RUMA corresponde a un ejercicio de diseño que indaga sobre las limitaciones estructurales y prejuicios estéticos de un material abundante, económico y altamente estandarizado. El pino cepillado.
© Francisco José Martinez Gonel Es, tal vez, la concepción estructural de la producción actual de muebles fabricados en pino lo que deriva en problemas de calidad, ya que sus piezas son sometidas frecuentemente a cargas y esfuerzos que en realidad el material no resiste. Como sea, el pino encuentra sus capacidades estructurales más en las fuerzas de compresión que en las de corte, tal como lo hace una RUMA de leña.
© Francisco José Martinez Gonel RUMA, es una mesa de centro fabricada a partir de piezas de pino cepillado (1×2”, 2×3” y 2×6”), un tablero de pino tipo “finger joint” y tarugos de madera de ½”. Su armado es sencillo y prescinde de fijaciones metálicas, ya que es la propia ubicación de las piezas y sus formas de encuentros lo que da como resultado una estructura firme y un mueble útil de apariencia limpia que revela la identidad del material. [WP-GALLERY]
